www.magazinemia.com 7
Un factor importante que a menudo
olvidamos es la rapidez con la que
ingerimos los alimentos. “Cuando
el hombre en la Edad de Piedra se
alimentaba de plantas y bayas las
masticaba durante muchísimo
tiempo”, indica Hauner.
Aunque dichos alimentos son más
que estamos acostumbrados a tomar
actualmente, lo cierto que el almidón
liberado por la masticación repetida se
absorbe lentamente, el nivel de azúcar
en la sangre se eleva poco a poco y
la sensación de saciedad se mantiene
más tiempo.
”La digestión comienza en la boca”,
subraya Pinger, quien para ingerir
lentamente recomienda masticar cada
bocado tantas veces como dientes
tenemos, es decir, 32.
Otra opción es tomar un bocado, dejar
los cubiertos a ambos lados del plato
y hasta que no se haya masticado
y tragado lo que está en la boca no
volver a cogerlos para tomar otro
bocado. Una práctica que, según la
Comer relajado
Independientemente de si preparó
uno mismo la vianda o de si se come
solo o acompañado, es importante
sentarse y poner atención consciente
en el acto de comer.
Los jugos gástricos son liberados
óptimamente en estado tranquilo, no
cuando se engulle o se come a todo
correr, explica Pinger.
La naturópata desaconseja engullir
delante de la computadora,
consultando el teléfono móvil o
caminando.
Los expertos recomiendan que
cuando se coma en grupo o en familia
el ambiente sea relajado. Es mejor
posponer el tema del suspenso en
matemáticas.
comer junto a otras personas tiene
efectos positivos. Por ejemplo, en el
caso de ancianos que viven solos, a
menudo comen más y de forma más
sana y equilibrada cuando lo hacen
en grupo.
/www.magazinemia.com
/www.nuestrafarmacianc.com