Por Vera Kraft (dpa)
Cuidar a un familiar en casa:
¿cómo evitar terminar agobiado?
Hacerse cargo del cuidado de un ser querido en
casa puede generar momentos enternecedores,
pero también convertirse en una carga enorme.
Muchas veces, ocuparse de un familiar hace
que uno se olvide por completo de sí mismo, con
consecuencias de peso.
“Muchos de los cuidadores se terminan
convirtiendo en personas que tienen que
ser cuidadas”, observa Katrin Thiem, quien
dirige la sección de Atención Sanitaria y de
Adultos Mayores de la asociación Caritas en el
arzobispado de Paderborn.
Subestimar la tarea
Muchas veces son los mismos familiares lo que
quieren cuidar a sus seres queridos durante
el mayor tiempo posible, algunas parejas se
hicieron la promesa de cuidarse mutuamente en
la vejez, según explica Sabine Lohmann, asesora
en Caritas.
Sin embargo, advierte que la mayoría de los
familiares no suelen ser conscientes del trabajo
que conlleva una tarea semejante. Ponen
por delante su objetivo de poder cumplir con
su promesa, sin tener en cuenta sus propias
necesidades.
Cuando los cuidados que requiere una persona
no son muy intensos al principio, puede pasar que
los familiares se involucren casi sin darse cuenta
en la tarea hasta que terminan encargándose del
cuidado a tiempo completo.
Mantener contacto con uno mismo
La psicóloga Eva Asselmann indica que en este
tipo de procesos más bien lentos suele ser difícil
trazar un límite. “Hay que tratar de no perder el
contacto con uno mismo y de prestar atención
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al propio bienestar”, recomienda la profesora de
psicología de la personalidad en la Health and
Medical University en Potsdam, Alemania.
Küffel, que trabajó como cuidador, añade que
también hay que tomar consciencia de que el
cuidado profesional no es tarea para personas
de forma realista una situación en la que una
persona requiere de asistencia, hay que hacerse
primero una imagen clara de la tarea.
Para esto es ideal armar un calendario o anotar
durante un tiempo en un diario todas las tareas de
cuidado que se realizan.
“Hay que preguntarse cuánto tiempo se puede y
debería hacerse en comunicación con la persona
que necesita de los cuidados. “La mayoría de las
personas que requieren de asistencia se suelen
sentir aliviadas si le pueden quitar de encima esa
carga a sus personas más queridas”, añade.
Numerosas posibilidades de apoyo
Si se llega a la conclusión de que no se pueden
asumir los cuidados en solitario, hay muchos
lugares de asesoramiento y acompañamiento
para encontrar soluciones a la propia situación.
posibilidad de recibir apoyo a través de servicios
varios ofrecidos en ese sector. Se pueden
delegar algunas tareas de cuidado a personal
especializado, lo que permite ganar algo de
tiempo para uno mismo.
O llevar a la persona que necesita de cuidados
una o dos veces a la semana a un sitio
especializado, como un hospital de día, donde
pueda pasar la jornada bajo la supervisión de
personal capacitado.
Si el paciente en cuestión se quiere quedar sí o
sí en casa, se puede contratar a una persona que
asuma el cuidado, o se puede buscar apoyo en un
servicio ambulante de cuidado de personas.
Lo que no hay que perder nunca de vista es
que si se asume demasiado, se puede terminar
completamente agotado o agobiado. “Es
paradójico: cuanto más se tiene para hacer, más
importante -pero también más difícil- es hacer
pausas”, explica la psicóloga Asselmann.
Es por eso que recomienda buscar ayuda de
forma proactiva y hablar abiertamente con la
persona que necesita de cuidados. Añade que
también se pueden delegar otras tareas, como
por ejemplo la limpieza de la casa, contratando a
una persona que limpie o pidiéndo ayuda en esto
a otras personas de la casa.
Hasta el límite
Por lo general, los familiares recién buscan ayuda
cuando ya están exhaustos y no saben cómo
seguir.
“A pesar de las migrañas, los dolores de
espalda, la falta de sueño y otras alteraciones
psicosomáticas, la mayoría de los cuidadores
necesitan un empujoncito desde fuera”, dice la
referente de Caritas Thiem, quien añade que está
bien mostrarse vulnerable. “Muchos cuidadores ni
siquiera se dan cuenta de la gran tarea que hacen
día a día”, opina.
Sabine Lohmann menciona que para tener una
nueva perspectiva del día a día y poder delegar
tareas, suele ser de ayuda analizar la situación
con algo de distancia.