Conservación a sangre fría:
salvando a las serpientes de isla en isla
Por Dustin Smith:
Curador de Reptiles del
Zoológico de Carolina
del Norte
Cuando le digo a la gente que uno de los aspectos
favoritos de mi trabajo es salvar a las serpientes,
usualmente obtengo la misma respuesta: ¿Por
qué? Bueno, la razón es que todos debemos estar
interesados en rescatar la biodiversidad, sin importar
lo que pensamos acerca de determinado animal. La
mayor parte de las personas tiene miedo o le disgustan
las serpientes por los mitos que hemos escuchado en
los medios de comunicación, de amigos y familiares ¡y
especialmente de nuestros padres! La verdad es que
las serpientes juegan un papel muy importante en el
ecosistema, tanto como depredadores como presas, e
incluso nos pueden ayudar.
Además, la mayor parte de lo que escuchamos de ellas
son exageraciones extremas o mentiras completas.
Así que, una vez que entendemos esto y las tratemos
de la misma forma que trataríamos a una criatura
emplumada o con pelaje, entonces tiene sentido por
qué intentamos salvarlas.
Un excelente ejemplo de esto involucra uno de
nuestros importantes esfuerzos de conservación con
la Boa de las Islas Vírgenes (VI Boa, por sus siglas en
inglés). Listada como “Bajo Amenaza de Extinción” por
el Sindicato Internacional para la Conservación de la
Naturaleza y por el Servicio de Pesca y Vida Silvestre
de los Estados Unidos, esta boa puede ser encontrada
en la parte oriental de Puerto Rico (PR), por todas las
Islas Vírgenes de Estados Unidos (USVI, por sus siglas
en inglés) y las Islas Vírgenes Británicas (BVI, por sus
siglas en inglés). No es un reptil muy largo a pesar de
las imágenes que conjura cuando nos referimos a ella
con la frase “boa constrictora”. Esta pequeña serpiente
solo crece hasta llegar a dos o tres pies de largo.
Auque conocemos todas las áreas de su hábitat, tiene
números poblacionales muy bajos, es un animal que se
esconde y es muy difícil de encontrar.
Ahora que ya tienen infomación de contexto, ¡vamos
a hablar de encontrar boas! Usualmente se esconden
en el día en resquicios y cavidades de árboles o
probablemente debajo de la tierra, así que hay que
buscarlas en la noche. Durante nuestras salidas,
lámparas halógenas) para intentar encontrarlas. A esta
hora ya están saliendo de sus escondites para buscar
sus presas, especialmente lagartijas. Se les puede ver
deslizándose por las ramas intentado atrapar anolis
(unas lagartijas pequeñas que viven en los árboles)
mientras duermen. Estas anolis son semejantes a las
que existen en Carolina del Norte, pero hay mucha
más diversidad de ellas en el Caribe. Sin embargo,
verdaderamente hay que poner atención para encontrar
una.
Afortunadamente, hemos conducido varias búsquedas
así que nos estamos volviendo expertos en esta
actividad. Hasta ahora, hemos encontrado más de 50
boas de las Islas Vírgenes durante nuestras excursiones
nocturnas. Cuando hallamos una, la capturamos
gentilmente para recolectar información. Este proceso
toma poco tiempo porque solo registramos el peso,
la longitud e implantamos un pequeño transmisor
digital (Passive Integrated Transponder, PIT) que es
muy semejante al microchip que se implanta en los
perros y gatos domésticos, pero es aún más pequeño.
Además, recolectamos información medioambiental
básica y las coordenadas de posicionamiento global.
hacen una auscultación visual de salud y toman una
pequeña muestra de sangre antes de que la serpiente
sea liberada en el mismo lugar donde se le encontró,
No solo son estos reptiles pequeños, sino que nunca
muerden. Bueno, yo pocas veces uso las palabras
“siempre” o “nunca”, pero jamás he visto que una boa
de las Islas Vírgenes haya mordido a nadie. Incluso si
lo hicieran, sus bocas son tan pequeñas que no dolería.
Sin embargo, compensan esto con un intenso olor a
almizcle. Este es un mecanismo de defensa efectivo,
porque si yo fuera un depredador y lo oliera ¡dejaría a
esa serpiente en paz!
Apenas estamos en la infancia del programa. En los
en el zoológico que hemos dedicado para proveer
vivienda a los respitles y un lugar para su reproducción.
La meta es regresar a las crías a las Islas Vírgenes
y desarrollar un programa de reproducción largo y
sostenible. Nos gustaría ayudar a crear numerosos
sitios de introducción silvestre hasta tener múltiples
grupos poblacionales seguros y sostenibles.
Nuestro trabajo aquí empezó por el éxito que tuvimos y
seguimos teniendo en Puerto Rico con el sapo concho.
Hemos estado trabajando con El Servicio de Pesca y la
Vida Silvestre en Puerto Rico por muchos años y esta
colaboración formó el programa de conservación de
la boa de las Islas Vírgenes de Estados Unidos. Los
primeros pasos que hemos tomado son conducir una
evaluación de salud en las poblaciones conocidas. Esto
incluye veterinarios de zoológico, técnicos veterinarios,
cuidadores de zoológico y yo, junto con el Servicio
de la Pesca y la Vida Silvestre, investigatodores de
boas de esta agencia y el Dr. Graham Reynolds de la
Universidad de Carolina del Norte en Asheville. Como
puedes ver, toma la dedicación y colaboración de
mucha gente para empezar y mantener los programas.
Siga checando el sitio de internet del Zoológico de
Carolina del Norte y los avisos de este programa en
las redes sociales. Estamos muy emocionados por los
progresos que podamos hacer en los próximos años.
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