Por Evelyn Steinbach (dpa) Colores y espejos:
algunos trucos para ampliar el cuarto de los niños
La habitación debe ser un espacio que cobije a los
niños y que perciban como su propio paraíso para
el juego. Pero para que esto sea posible, los padres
deberían generar espacios de almacenamiento, sobre
todo en los lugares más pequeños, y aumentar el
espacio ópticamente con luz y colores.
Aquí, algunos consejos para los muebles y las
paredes:
Los colores de las paredes
El blanco es un clásico a la hora de pintar las paredes,
pero en un cuarto para chicos puede generar
una sensación un poco fría. Los especialistas en
decoración recomiendan colores claros y amigables,
como por ejemplo los tonos pastel. Hacen que los
cuartos se vean más amplios ópticamente, generan
sensación de mayor espacio y hacen que las paredes
queden en un segundo plano.
Los cuartos pequeños también se pueden
reestructurar eligiendo un color para cada zona, como
por ejemplo uno para la zona en la que el niño va a
dormir, uno para el espacio en el que va a jugar y otro
para el lugar en el que va a aprender.
La luz, una aliada para demarcar ambientes
También pueden ayudar a la separación de ambientes
una alfombra o distintas fuentes de luz. No se
recomienda usar sólo una luz cenital central, ya que
puede hacer que la habitación parezca reducirse hacia
el centro. Cerca de la cama conviene colocar una luz
indirecta, si es posible con un atenuador de luz.
Otra buena opción para los cuartos pequeños es
poner espejos en las paredes o armarios, ya que
amplían ópticamente el espacio. Cuanto más grande
el espejo, más fuerte el efecto. En líneas generales se
recomienda un ancho de 50 a 100 centímetros y una
altura de 1,50 metros.
Elegir muebles que combinen bien
con la forma del cuarto
Dónde se ubicarán los muebles y la forma de estos
dependerá de la forma de la habitación. En el caso
de una habitación cuadrada, la cama debería ubicarse
detrás de la puerta. De esta forma, cuando se ingresa
al cuarto, este no parece tan lleno. Además, el espacio
detrás de la puerta suele percibirse como acogedor y
resguardado.
En un piso cuadrado van bien los roperos esquineros.
armario puede repartirse en dos paredes y no sólo en
una.
Una habitación más bien alargada no debería ser
estirada innecesariamente con muebles anchos.
Lo mejor es colocar la cama del lado de una de las
paredes más cortas. Si la habitación tiene un techo
inclinado, lo mejor es colocar un ropero hecho a
medida que aproveche por completo el espacio
disponible o usar cómodas bajas.
Camas elevadas recién a partir del preescolar
Los niños pueden aprovechar aún más su cuarto si
la cama es elevada. Esto libera espacio para colocar
un escritorio y una estantería debajo, por ejemplo, o
generar un lugar de juego o en el que retirarse a leer
un cuento, por ejemplo.
En el caso de camas comunes o ligeramente
elevadas, conviene que tengan cajones integrados
o contenedores con ruedas que puedan empujarse
debajo de esta.
Importante: las camas elevadas son adecuadas
recién para niños a partir de los cinco o seis años, ya
que es a partir de esa edad que comprenden el riesgo
asociado a la altura.
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