Control del Coriza Aviar
Además de la bioseguridad, el control
de esta enfermedad requiere la
determinación del/los serovares
específicos presentes en las granjas
afectadas.
Debe también evaluarse la eficacia de
los biológicos en términos de protección
contra colonización bacteriana, usando el
serovar presente como cepa de desafío en
las aves inmunizadas.
En aves de vida larga el esquema de
vacunación incluye como mínimo
dos vacunas inactivadas en base
oleosa antes de que las aves inicien su
producción.
Pueden usarse bacterinas a base de
hidróxido de aluminio o geles que son
menos reactivos, pero también inducen
menor protección y de menor duración.
Las vacunas vivas generalmente no se
usan debido a problemas potenciales
de inocuidad.
Sin embargo, este tipo de biológicos
podrían contribuir al control de la
enfermedad, ya estimulando la inmunidad
a nivel de mucosas, mientras que las
bacterinas (inactivadas) estimulan
primordialmente la inmunidad humoral.
La permanencia de la enfermedad en zonas
avícolas donde se practica rutinariamente la
vacunación puede deberse a cualquiera de
los siguientes factores:
La bacterina contiene serovares de
Avibacterium paragallinarum diferentes
a los que circulan en el campo.
La concentración de Avibacterium
paragallinarum es inadecuada. Las
vacunas deben contener como mínimo
108 UFC/ml.
Respuesta inmune tardía o insuficiente,
debido a mala calidad de los aceites
usados en la vacuna.
Presencia de Avibacterium
paragallinarum a edad excesivamente
temprana en aves que tienen poco
tiempo de haber recibo la vacuna
(problema de alto desafío por mala
bioseguridad).
El mejor control de la enfermedad
se logra con bioseguridad y el
empleo de bacterinas que incluyan
cepas autóctonas
Coriza infecciosa: la
amenaza constante
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aviNews A.Latina Diciembre 2017 | Coriza Infecciosa: La Amenaza Constante